REVISTA ENTENDIDO: PRENSA Y SIDA

 

Por Rigel García

La vocación de la revista Entendido (1980-1983) de promover el intercambio de ideas, divulgar conocimiento y defender los derechos de los homosexuales cobraría especial sentido con el surgimiento del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), a principios de la década de 1980. La incertidumbre e indefensión ante una enfermedad contagiosa inédita, con causas y curso clínico desconocidos, sin tratamiento, y cuya tasa de mortalidad alcanzaba entonces alrededor de un 40% (según cifras de Estados Unidos), detonó a nivel mundial toda clase de especulaciones y prejuicios en contra de uno de los segmentos de población más afectados inicialmente: la comunidad homosexual. En Venezuela, la situación no fue distinta, propiciada por la desinformación y el manejo sensacionalista que los medios de comunicación hicieran del tema, lo que estimuló la discriminación contra las personas gay.

Entendido hizo frente a este confuso y difícil escenario en su número 8 (1983), el último de su trayectoria, con el que buscó crear conciencia sobre el fenómeno al compartir la información científica disponible y cuestionar el estigma que asociaba al sida exclusivamente con la homosexualidad. Tres artículos dieron cobertura al tema desde distintas perspectivas. El primero de ellos, “Sida: no hay por qué alarmarse”, brindaba un panorama sobre la naciente epidemia[1], al tiempo que denunciaba la falta de ética de la prensa nacional en su abordaje de la noticia. A pesar de no contar con reportes de casos en Venezuela para ese momento, algunos periódicos habían anunciado la llegada de la enfermedad en tono amarillista y vinculándola a las personas homosexuales. Titulares como “Llegó a Venezuela el cáncer gay” (El Nacional, 15 de abril 1983), “«Cáncer de las locas» amenaza a Venezuela” (El Mundo, 21 de abril 1983) o “La sangre de los homosexuales es peligrosa” (Últimas Noticias, 22 de abril 1983), no sólo eran abiertamente tendenciosos sino que alteraban la información científica existente.

Como parte del citado artículo, Entendido reprodujo íntegramente el informe “Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, Sida. Una nueva enfermedad de etiología desconocida, un problema de salud pública” elaborado por el Dr. José Azócar, investigador del Centro de Microbiología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), cuya exploración sobre el virus de la leucemia le permitió entender el modo similar en que el sida atacaba el sistema inmunológico, volviendo al organismo proclive a infecciones y llevándolo a la muerte por padecimientos oportunistas. El reporte exponía los perfiles de población afectada en los Estados Unidos: no sólo hombres homosexuales sino heterosexuales, mujeres, niños, haitianos residentes en ese país, hemofílicos y previsiblemente también personas consumidoras de drogas intravenosas. También describía la evolución clínica del síndrome, su posible vinculación a un agente viral y probables vías de transmisión, entre otros datos. Este era el informe que Azócar había hecho llegar a la prensa nacional y cuyo contenido resultó deformado con titulares sensacionalistas, perdiendo su carácter divulgativo inicial.

En un segundo reportaje publicado en este mismo número de Entendido se discutía precisamente la actitud de la prensa, con una entrevista al Dr. Azócar titulada  “El sida y la prensa venezolana”. Destaca aquí el gesto de responsabilidad del académico en relación con la comunidad homosexual, al expresar que las declaraciones infundadas de los medios lo habían llevado a contactar a Entendido para disipar cualquier confusión. La entrevista se entroncaba con la línea editorial de la publicación de dialogar con voces autorizadas a fin de brindar opiniones profesionales sin limitarse a expresar su propia postura. Un tercer artículo, “Algunas implicaciones sociales del sida en los Estados Unidos”, se aproximaba a temas en debate en el ámbito internacional: la discriminación, los factores involucrados en el contagio o los medicamentos experimentales. No deja de ser emotivo que el desconocimiento sobre la nueva enfermedad motivara también algunas aseveraciones entusiastas pero poco realistas por parte de Entendido que iban desde el “no hay por qué alarmarse”, frente a una epidemia en ciernes que, a día de hoy, ha cobrado la vida más de 35 millones de personas; o la confianza en una pronta y posible cura (“El sida puede prevenirse y curarse a tiempo”), algo que, después de más de cuarenta años y pese a los grandes avances en la mejora de la calidad de vida de los infectados sigue siendo un anhelo no cumplido.

La lectura tanto del informe del Dr. Azócar como de los artículos preparados por Entendido representa una ventana a un momento histórico particular: ese en el que todavía se estaban dilucidando los mecanismos de la enfermedad y las posibilidades en materia de prevención y atención. Un momento crítico que, hoy se sabe, constituyó apenas el inicio de una epidemia profundamente dolorosa y desestabilizadora de paradigmas. En 1981 se habían dado a conocer en Estados Unidos los primeros reportes de este síndrome, denominado “sida” al año siguiente y cuyo agente causante –el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH)–, sería identificado apenas en 1985. Hasta 1986 no quedaron completamente establecidas las vías de transmisión, un paréntesis que supuso años de temor infundado y prejuicios exacerbados contra los infectados, específicamente contra la comunidad homosexual. En Venezuela, el primer caso de sida fue detectado en 1983 alrededor de un mes después de los alarmantes titulares de los periódicos, por lo que la discusión abierta por Entendido cobra, en retrospectiva, el carácter de la inminencia ante un fenómeno de carácter global en pleno desarrollo.

La difusión de información no veraz tuvo gran impacto en las interacciones sociales y entorpecería el fortalecimiento de una estrategia conjunta ante la epidemia. La intervención de Entendido en este escenario resultó pionera y crucial para la comunidad gay, haciendo uso de sus herramientas habituales: la denuncia, la divulgación y la consulta con un especialista. El compromiso en la lucha contra el fenómeno (aún no superado) de la discriminación continuaría en años posteriores a la disolución de Entendido cuando Edgar Carrasco, uno de sus editores-fundadores, pasó a integrar Acción Ciudadana contra el Sida (ACCSI), una organización civil creada en 1987 que hasta el día de hoy trabaja en la defensa de los derechos humanos de las personas con VIH y Sida. El VIH continúa siendo uno de los mayores problemas de salud pública a nivel mundial, que afecta a todos los países y segmentos de población: de acuerdo a las cifras de ONUSIDA[2], para 2021 había 38 millones de personas con VIH en el mundo y se registraron 1,5 millones de nuevos contagios. El largo camino transitado hasta la actualidad tanto por la comunidad científica como por las organizaciones humanitarias y de derechos humanos se remonta y debe mucho a esas voces que, en un momento carente de certezas, buscaron dar una respuesta temprana a la crisis a través del conocimiento y la solidaridad.

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Documentos _ Archivo Edgar Carrasco, revista Entendido:

Equipo editorial Entendido. “Algunas implicaciones sociales del sida en los Estados Unidos”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, p. 12.

Equipo editorial Entendido. “El sida y la prensa venezolana”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, pp. 10-11

Equipo editorial Entendido. “Sida: no hay por qué alarmarse”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, pp. 8-9

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[1] Algunos de los datos fueron tomados de un reporte especial publicado por la revista estadounidense Newsweek el 18 de abril de 1983, y en cuya portada se leía: “Epidemic. The Mysterious and Deadly Disease Called AIDS May Be The Public-HealthThreatof the Century. How Did Start? Can It Be Stopped?”

[2] https://www.unaids.org/es/resources/fact-sheet

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+ [ revisiones ]

 

 

 

Equipo editorial Entendido. “Sida: no hay por qué alarmarse”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, p. 8.
Equipo editorial Entendido. “Sida: no hay por qué alarmarse”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, p. 8.
Equipo editorial Entendido. “Sida: no hay por qué alarmarse”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, p. 9
Equipo editorial Entendido. “Sida: no hay por qué alarmarse”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, p. 9
Equipo editorial Entendido. “Sida: no hay por qué alarmarse”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, p. 10.
Equipo editorial Entendido. “Sida: no hay por qué alarmarse”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, p. 10.
Equipo editorial Entendido. “El sida y la prensa venezolana”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, pp. 10-11
Equipo editorial Entendido. “El sida y la prensa venezolana”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, pp. 10-11
Equipo editorial Entendido. “Algunas implicaciones sociales del sida en los Estados Unidos”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, p. 12.
Equipo editorial Entendido. “Algunas implicaciones sociales del sida en los Estados Unidos”. En: Entendido, no. 8, Caracas, 1983, p. 12.
“«Cáncer de las locas» amenaza a Venezuela”. En: El Mundo, Caracas, 21 de abril de 1983, p. 43.
“«Cáncer de las locas» amenaza a Venezuela”. En: El Mundo, Caracas, 21 de abril de 1983, p. 43.
Rubén Darío Albornoz. “Operativo para anular «cáncer gay»”. En: El Mundo, Caracas, 23 de abril de 1983, p. 33
Rubén Darío Albornoz. “Operativo para anular «cáncer gay»”. En: El Mundo, Caracas, 23 de abril de 1983, p. 33
“«Locas» cancerosas detenidas anoche por la Metropolitana”. En: El Mundo, Caracas, 23 de abril de 1983, s.p.
“«Locas» cancerosas detenidas anoche por la Metropolitana”. En: El Mundo, Caracas, 23 de abril de 1983, s.p.