Blancas Paredes. Pedro Terán

 

Por Costanza De Rogatis

Con una fotografía en alto contraste de una de las paredes expositivas del Museo de Bellas Artes –sede antigua– desplegada en las tres caras externas del impreso que sirve de catálogo a la exposición, la propuesta de Pedro Terán para Blancas Paredes de 1976 queda sintetizada en una imagen: un lugar vacío, el museo, que es el espacio del accionar por parte de artista y público para que acaezca la obra. Esta síntesis sugiere, pues, una invitación a comprender la tríada ARTISTA-ARTE-PÚBLICO –palabras dispuestas triangularmente en la paredes de la exhibición por Terán con un sello de goma– desde una postura que cuestiona la concepción del museo/mausoleo como viejo depositario de objetos contemplativos, para proponer una reflexión en torno al espacio mismo, que se concreta expositivamente en esta muestra a través de una diversidad de estrategias y medios.

El artista recurre a la fotografía, el video, el performance (indicado como evento en el impreso) y la intervención in-situ de las paredes del recinto, para convenir la idea recogida en el testimonio del catálogo diseñado por Sigfredo Chacón: despojar al espacio de objetos, y presentar acciones e imágenes que aludieran al artista y a la pared –como en el caso de las Paredgramas, “matrioshkas” fotográficas donde se sucede la fotografía de una pared de la sala, fotografiada de nuevo, fotografiada de nuevo– como representación de la experiencia de percibir el espacio, de reconocerlo por primera vez por aquello que es, y de entender al artista como encarnación del arte, como obra en acción.

Esto es particularmente patente en dos piezas Bienvenido, performance en el que Terán, pionero al realizar una acción de este tipo en el MBA, vestido de blanco, recibe al visitante de la sala en actitud inmóvil, sentado y conectado a la pared a través de dos agujas hipodérmicas que perforan su piel –artista que se hace uno con el espacio, a través del vínculo con su cuerpo, que depende y se mimetiza con el entorno–,  y del video Panning (posteriormente denominado Blancas paredes), en el que mediante una cámara ubicada en sala, registra con un giro de 360 grados, tanto las piezas y las paredes que le servían de soporte, como la actividad del público que ingresaba y recorría la exposición. El museo que se ve a sí mismo, y construye la obra.

 

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Documentos _ Archivo Pedro Terán:
Pedro Terán. Blancas paredes [catálogo de exposición]. Caracas, Museo de Bellas Artes, 1976.

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