Maruja Rolando. Última etapa

 

Por Rigel García

La producción pictórica de Maruja Rolando durante sus últimos cinco años de vida estuvo signada por una investigación sobre el color, la creación de atmósferas oníricas y las evocaciones de paisajes. Sus composiciones de ese período a menudo se encuentran articuladas a partir de franjas cromáticas semejantes a extensiones de territorio, bloques de pigmento imitando edificaciones y líneas difusas que sugieren quizás un ornamento, el perfil de un paraje, o un determinado espacio doméstico. A medio camino entre la abstracción sensible y la figuración geométrica, esta etapa daría cuenta de una exploración entusiasta y lírica del espacio pictórico en su relación con la estructura y el cromatismo.

Si luego del notable tránsito informalista de Rolando algunos pudieran haber considerado esta propuesta como un golpe de timón, lo cierto es que guardaba coherencia con las investigaciones abstractas del inicio de su carrera, al tiempo que mantenía el ánimo introspectivo y tendente a la ensoñación de su producción inmediatamente anterior. Aunado a ello, sería posible afirmar que gran parte de su trayectoria –muy especialmente en el grabado– refleja una cierta inclinación al orden en la recurrente conformación de estructuras, la superposición de tramas, y el uso de sucesiones de bandas o líneas como esquema compositivo, en ocasiones incluyendo franjas de mayor presencia en la parte superior o inferior de la obra, a modo de horizontes.

No es casual que ya en Soledad tercera, obra que formara parte de su exposición individual en el Museo de Bellas Artes en 1963 y perteneciente aún a su etapa informalista, emerja del fondo el perfil delineado de lo que pareciera ser un muro, motivo tan afecto a los intereses informales sobre la ruina pero que se convertiría en una constante de las nuevas indagaciones pictóricas de Rolando. Tal como en esta pieza el elemento del fondo ejerce un efecto divisorio en la espacialidad del cuadro, algunos advirtieron la muestra del MBA como el inicio de una transición “que la fue despojando del collage y las efusiones gestuales”[1].

De allí en adelante, algunos lienzos de 1965 e identificados como ciudades, se acercan al tema a través de una superposición de pinceladas definidas a modo de cuadrados, rectángulos, perfiles difusos y conglomerados estructurales, que evocan tanto la imagen de una urbe edificada como su espejismo. Rolando articula una geometría blanda que bebe de dos aguas, aquellas del orden y lo lírico, del rigor y del gesto. En esta investigación, el perfil de la ciudad aflora de fondos que privilegian a veces lo oscuro y otras lo luminoso, como preámbulo de lo que serán sus pinturas de fachadas coloridas de finales de la década.

De las franjas y bloques fantasmáticos, Maruja Rolando arriba a ciudades realmente visitadas, proponiendo una evanescencia a partir de la memoria del viaje. Josefina “Fifa” Gómez, amiga de la artista, expresó que el cambio sustancial de su pintura tuvo lugar precisamente después de un viaje a Grecia, en cuyos registros pictóricos apreciaba la influencia de pintores como Giorgio Morandi y Juan Gris[2]. Piezas como Delos revisitado (1966), aportan una conciencia onírica del paisaje que no renuncia a retratar cualidades lumínicas y geológicas: ¿se trata de ruinas, muros o el perfil de un acantilado junto al mar? Las formas de aspecto acuoso mantienen al cuadro en una zona de indefinición figurativa mientras que el manejo del color introduce un brillo inusitado, acorde con la sensibilidad mediterránea aludida en el título. La genealogía de estas obras cobra otro matiz si se considera la paleta brillante de verdes y amarillos, rojos y azules utilizada por Rolando en algunos ejercicios del inicio de su carrera.

Delos revisitado, y tal vez otras piezas que se le asemejaban, integró la última exposición individual de la artista, organizada en noviembre de 1968 en la sala de exposiciones de la Fundación Eugenio Mendoza, Caracas. De acuerdo al pequeño catálogo, que incluye únicamente lista de obras, currículum y dos fotografías; la muestra estuvo conformada por 35 pinturas y 22 estampas, para un total de 57 obras. De acuerdo con Juan Calzadilla, las pinturas exhibidas “reflejaban su necesidad de alcanzar una expresión íntima y misteriosa, y representaban un retorno al color y un esfuerzo de síntesis constructiva”, que el crítico vinculaba con las primeras propuestas creativas de Rolando en la década de los 50.

Ya para 1970 esta voluntad se vio intensificada en alusiones cada vez más claras a fachadas de edificaciones y ciudades sintetizadas en franjas de color. Algunas de ellas presentaban un predominio de la gama de los rojos y otras operaban a partir del contraste entre un cromatismo brillante enfrentado a fondos oscuros. La referencias arquitectónicas en este período podrían guardar relación con el profundo interés de la artista en la obra del arquitecto renacentista Andrea Palladio, cuyas villas en Italia solía visitar cada año junto a un grupo de entusiastas del tema[3]. Nuevamente, es evidente la influencia del viaje en su praxis pictórica tanto como su voluntad de traducir las formas de otro tiempo en un lenguaje de filiación modernista.

Si el elemento representado en una pintura como La villa pudiese aludir al frontispicio de una de las célebres construcciones palladianas, en la misma medida las obras de esta etapa resuenan también cromática y compositivamente con la pieza Variante IX (1966), de la serie de serigrafías Diez variantes de Josef Albers, de la cual Rolando poseía un ejemplar[4] y en la que el artista estadounidense acometió uno de sus característicos estudios sobre la percepción del color y el espacio, partiendo esta vez de referencias arquitectónicas relacionadas con un viaje.

La precisión con respecto al motivo representado –o sugerido– en estas últimas pinturas de Rolando no disminuye su atmósfera poética, pues siguen presentándose al espectador como estampas suspendidas en el tiempo, provenientes de sueños y memorias, o sumergidas en algún punto remoto de la conciencia o de la historia. Revelan, de modo insistente, la inquietud de la artista en conciliar universos distintos, aquellos de la emoción y de lo organizado, los de lo remoto y lo contemporáneo. Una importante carga de ambigüedad las aleja de la geometría estricta: su brillante coloratura y meditada espacialidad revela en ellas ciudades-otras, estrictamente personales, mediadas por lo introspectivo tanto como por el razonamiento y la imaginación.

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[1] Juan Calzadilla. “Emergencia y reflexión en la obra de maruja Rolando”. En: Exposición homenaje a Maruja Rolando. Caracas, Museo de Arte La Rinconada, 1984, s.p.

[2] Fifa Gómez. “Recuerdo a Maruja”. En: Exposición homenaje a Maruja Rolando. Caracas, Museo de Arte La Rinconada, 1984, s.p.

[3] Intercambio electrónico con Diana Roche, hija de Maruja Rolando, Caracas, 4 de septiembre 2025.

[4] Ídem.

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Documentos _ Archivo sucesión Maruja Rolando y Cinap-GAN:

Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968.

“Óleos y grabados de Maruja Rolando el domingo en la Mendoza”. En: El Nacional, Caracas, 22 de septiembre 1968.

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+ revisiones

 

Maruja Rolando. Soledad tercera, 1963. Mixta sobre tela. 100 x 119 cm.
Maruja Rolando. Soledad tercera, 1963. Mixta sobre tela. 100 x 119 cm.
Maruja Rolando. Sin título, sin fecha. Óleo sobre tela. 36 x 45 cm
Maruja Rolando. Sin título, sin fecha. Óleo sobre tela. 36 x 45 cm
Maruja Rolando. Ciudad, 1965. Óleo sobre tela. 27 x 35,5 cm
Maruja Rolando. Ciudad, 1965. Óleo sobre tela. 27 x 35,5 cm
Maruja Rolando. Ciudad II, 1965. Óleo sobre tela. 27 x 35,5 cm
Maruja Rolando. Ciudad II, 1965. Óleo sobre tela. 27 x 35,5 cm
Maruja Rolando. Sin título, sin fecha. Óleo sobre tela. 41 x 47 cm
Maruja Rolando. Sin título, sin fecha. Óleo sobre tela. 41 x 47 cm
Maruja Rolando. Delos revisitado, 1966. Óleo sobre tela. 64 x 80 cm.
Maruja Rolando. Delos revisitado, 1966. Óleo sobre tela. 64 x 80 cm.
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [portada].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [portada].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [p. 1].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [p. 1].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [p. 2].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [p. 2].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [p. 3].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [p. 3].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [p. 4].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [p. 4].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [p. 5].
Maruja Rolando [catálogo de exposición]. Caracas, Sala de Exposiciones, Fundación Eugenio Mendoza, 1968, [p. 5].
“Óleos y grabados de Maruja Rolando el domingo en la Mendoza”. En: El Nacional, Caracas, 22 de septiembre 1968.
“Óleos y grabados de Maruja Rolando el domingo en la Mendoza”. En: El Nacional, Caracas, 22 de septiembre 1968.
Maruja Rolando. Tirol, 1968. Óleo sobre tela. 45 x 60 cm.
Maruja Rolando. Tirol, 1968. Óleo sobre tela. 45 x 60 cm.
Maruja Rolando. Vista urbana, 1970. Óleo sobre tela. 99 x 119 cm.
Maruja Rolando. Vista urbana, 1970. Óleo sobre tela. 99 x 119 cm.
Maruja Rolando. La villa, 1970. Óleo sobre tela. 104 x 150 cm
Maruja Rolando. La villa, 1970. Óleo sobre tela. 104 x 150 cm
Maruja Rolando. Alfa I, 1970. Edición póstuma de 1980. Serigrafía y colografía sobre papel. 57,4 x 76,5 cm. Impresor: Zacarías García. Colección TAGA, Caracas.
Maruja Rolando. Alfa I, 1970. Edición póstuma de 1980. Serigrafía y colografía sobre papel. 57,4 x 76,5 cm. Impresor: Zacarías García. Colección TAGA, Caracas.
Obra Variante IX de Josef Albers en la portada del catálogo Josef Albers. Prints, 1915-1970. Nueva York, The Brooklyn Museum, 1973.
Obra Variante IX de Josef Albers en la portada del catálogo Josef Albers. Prints, 1915-1970. Nueva York, The Brooklyn Museum, 1973.