CADA CUAL CON SU SANTO PROPIO. Carlos Zerpa

Por Costanza De Rogatis

En 1980, en la Casa de la Cultura de Maracay, se inauguró la individual de Carlos Zerpa Cada cual con su santo propio, una exposición que generaría revuelo entre la feligresía y las autoridades eclesiásticas de la ciudad, y que tendría consecuente resonancia en los medios de comunicación con numerosos artículos de periódico, señalando la censura a la muestra y la posible excomunión para el artista y el director del centro.

El motivo de tal polémica fue el contenido iconoclasta de las obras presentes en la exhibición, que, al ser confrontadas con el criterio aún algo pacato de un sector de la colectividad maracayera de los años ochenta, ocasiona un conflicto entre la libertad de expresión del arte y la cultura misma –a través del discurso del artista y su voluntad de evidenciar la iconofilia de nuestra sociedad– con el discurso religioso y político del clero y las autoridades locales.

Desde la propia publicación que sirvió de proyecto para esta “exposición de carácter mágico-conceptual” –impreso que contó con fotografías de Marcelo García, Margarita D’Amico, Gabriel Suárez, Zaira González, Rocco Nocela, Irene Sosa y Alvaro Espinoza; y con diseño e ilustraciones de Zerpa– la propuesta era la desacralización de los valores y las deidades como leitmotiv.

Para ello, el artista estableció en su statement no sólo su objetivo, el de “crear… un ambiente con la idea: hombre-vida-muerte-mitos-religión-magia-superstición-consumo”, sino a través de cuáles medios constituiría esta puesta en escena: punto por punto, explicó los componentes de la exposición, según el tipo de obra y el proceso involucrado en ella.

Así, propone en el texto, y termina concretando en la exhibición (que debido a la gran afluencia de público fue replicada, en meses posteriores, en espacios de Valencia y Caracas[1]), cinco aproximaciones a la resignificación de la imaginería religiosa popular: a) “las cajas”, ensamblajes compuestos por collages de imágenes y objetos, intervenidos con pintura; b) “las sillas”, esculturas en las que ensambla materiales diversos a modo de collage tridimensional; c) “las noticias”, ilustraciones de falsos anuncios comerciales reproducidos en Offset para ser enviados como arte postal o pegadas a los muros, en los que el producto a vender eran los efectos sanadores de estampitas y medallas; d) “los rituales”, constituidos por un performance realizado por Zerpa en todos los espacios donde se montó la exposición, y que contó con la participación de Marco Antonio Ettedgui en la inauguración de la muestra en Caracas[2]; e) “las fotografías”, imágenes blanco y negro, color y diapositivas de acciones corporales, editados a manera de secuencias cinematográficas por Margarita D’Amico en un video. De igual modo, Zerpa realiza una instalación, en la que, con arena y cruces, recrea los cementerios de paso encontrados por las carreteras, o los pequeños camposantos de los pueblos de nuestro país. Las imágenes que anticipan esta obra instalativa, aparecen también en la publicación impresa.

Cada cual con su santo propio puede ser vista ciertamente desde la polémica causada por la alteración a las reglas del buen hacer y decir de una sociedad timorata como la nuestra durante la década de los ochenta; pero sostenida desde el propio lenguaje de la obra, nos ofrece, por una parte, la integración sin distingo de elementos extraídos de la llamada “cultura popular”, de su iconografía, del kitsch y lo considerado de mal gusto, con estrategias del arte contemporáneo en un espacio museístico –integración ampliamente asimilada en nuestros días, pero que resultaban inéditos e incómodos para la época–. Por la otra, nos permite atestiguar el desplazamiento que empieza a verificarse en la obra de Zerpa, y de igual modo en el arte de otros artistas venezolanos del momento, en el que la condición efímera y contestataria de las acciones performáticas, van dando paso a la preocupación por problemas espaciales y tridimesionales resueltos a través de la instalación y el ensamblaje de objetos de las primeras vitrinas zerpianas.

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Documentos _ Archivo Carlos Zerpa:
-Carlos Zerpa (1980) Cada cual con su santo propio. Proyecto para una muestra de artes plásticas. [Catálogo de exposición]. Valencia, Universidad de Carabobo – Teatro de la Campana, 1980. Fotografías del catálogo facilitadas por Javier Téllez a Carlos Zerpa.

-Carlos Zerpa (1980). Cada cual con su santo propio. Afiche [folleto], Valencia. Imagen cortesía del artista.

[1] Teatro y Galería La Campana, en Valencia, Estado Carabobo; y Galería Contracorriente, dirigido por el Grupo Marginal Contracorriente (creadores del Paquete Erótico), en Caracas.

[2] Explica Carlos Zerpa en Marco Antonio Ettedgui… Desaparecido en Acción, texto en memoria a su amigo artista: “Recuerdo que en el Performance ‘Acto de Inauguración’, presentado por Marco Antonio Ettedgui, en la inauguración de una exposición de ensamblajes, instalaciones y Performances mía, titulada: ‘Cada cual con su santo propio’ que realizamos en la planta alta de la galería ‘Contracorriente’ en el mes de Marzo de 1981, MAE se desnudó poco a poco casi haciendo un ‘strip tease’ en lo alto de una escalera, justo en el balcón que daba a la calle, la gente se aglomeraba sorprendida para verlo, se desnudaba lentamente, se ponía luego una gorra militar y pronunciaba un discurso iconoclasta en donde manifiestaba su desilusión ante la ineficacia del arte y anunciaba su retiro del mismo… luego comenzaba a ser un militar amanerado, un militar maricón que cantaba una merengue popular con aquello de: “La marina tiene un barco, la aviación tiene un avión, van pasando los cadetes en perfecta formación… unos son de la marina otros son de la aviacioooooón!!!!!!” la gente se ponía nerviosa, temiendo que se diera una “redada policial” y verifican si han traído su “cedula” su carnet de identidad… hay regocijo y mucho temor en la audiencia, saben que en cualquier momento todos podríamos terminar presos esa noche, por mi parte yo sonreía en complicidad con Marcos… El cometido del Performance se había logrado. Marco Antonio dijo al terminar: “Este es mi ultima propuesta como Performancista, con este Acto de inauguración para mi amigo Carlos Zerpa he determinado que no quiero hacer mas arte hasta nuevo aviso, y realmente no quiero hacerlo más por ahora. Soy un humano y no pienso presionarme para cumplir con la exigencia virtual de ser artista, para mi es inútil ahora y me respeto”. Tomado de: https://carloszerpa.blogspot.com/search?updated-max=2006-10-16T09:07:00-04:00&max-results=10&start=603&by-date=false

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Carlos Zerpa (1980) Cada cual con su santo propio. Proyecto para una muestra de artes plásticas. [Catálogo de exposición]. Valencia, Universidad de Carabobo - Teatro de la Campana, 1980. Fotografías del catálogo facilitadas por Javier Téllez a Carlos Zerpa.