Jaime Gili inauguró el 29 de julio en Aldo Chaparro Studios su primera instalación en México. Bajo el título MONTE, reúne una serie de pinturas que desarrolló durante la pandemia y que guían al espectador ante la dualidad de vistas íntimas y panorámicas, cercanas y lejanas. La muestra estará disponible durante todo el mes de agosto.

En el texto de sala, se advierte que el artista se inspira en la correspondencia de Carla Zaccagnini para 34ª Bienal de Sao Paulo, en la que reflexiona sobre la modernidad en relación a la idea de un mirador objetivo, una idea según ella inexistente en la selva. “La selva es lo opuesto a la vista panorámica, al mirar en perspectiva. En la selva todo se ve de cerca, y todo está entrelazado”.

Gili semeja en el estudio un jardín que intenta contrastar la profundidad del campo visual en el espacio de Aldo Chaparro con lo opuesto, es decir, lo que ocurre dentro de cada una de las pinturas, que funcionan como planos autosuficientes en los que todo está ligado de manera sensual, compleja e inmediata.

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